En un estilo muy marcado por el rock progresivo y folk, el disco entero contiene algo menos de 45 minutos divididos en 12 temas y 3 Radio Versions de algunos temas escogidos, acercándose a los 60 minutos de reproducción.
Es innegable, y así lo reconocen ellos mismos, las influencias recibidas de bandas maestras del género, como Pink Floyd o Jethro Tull, entre otros, y ese sonido melódico tan característico es completamente apreciable desde los primeros compases del álbum.
A modo de proyecto conceptual, abordando la temática del sueño y las sensaciones oníricas, las doce pistas se presentan sin corte entre ellas, perfectamente enlazadas, incrementando la sensación de encontrarnos ante una magnífica ópera prima, un trabajo muy bien soldado, cuya principal baza es la homogeneidad melódica completa entre todas las piezas del puzle, y en la que, a golpe de oído, salvo alguna excepción como el caso de “Parasomnia”, es muy difícil poner límites a cada tema.
Vamos a entrar en algunos detalles, pero os adelanto, sin tapujos, que el disco suena de muerte, de principio a fin. Personalmente, me ganó desde el primer momento, despertando toda una montaña de sensaciones que se mantienen después de estos meses de intermitente escucha.
A nivel instrumental, hay un abanico espectacular de recursos, sin caer en la floritura vana ni el adorno gratuito, los temas demuestran haberse machacado hasta la saciedad, sin un solo atisbo de estridencia más allá de ese fantástico punto G de disonancia momentánea y pasajera que tanto gusta dentro del estilo y que nos zarandea a su antojo conforme avanza los minutos de este “Suite of Dreams”.
Los cortes son generalmente de perfil tranquilo, relajado, sin ritmos acelerados (aunque nuevamente hay excepciones), con un suave “Prologue” que inicia la senda, arrancando los primeros acordes de teclado, acompañados de unas voces que en todo momento empujan a crear una atmósfera mágica, acrecentada por los distintos tipos de coros, reverbs y chorus utilizados en los distintos instrumentos.
Salvando algunos pasajes instrumentales donde la guitarra acapara el primer plano con ciertos riffs algo más potentes, en los que también la batería y sus ritmos golpean con más carácter, la sensación que prevalece de manera general es la de conjunto, de pura armonía entre las partes y de continuos guiños a este estilo caracterizado por su fuerte personalidad y peculiar sonoridad, a esos primeros sintetizadores Moog de tantas y tantas canciones, a la flauta de Ian Anderson, a las melodías suaves sin caer en lo simplonamente cursi, a las guitarras de acompañamiento y solistas tan características, con las que no hay necesidad de exudar virtuosismo, sino apelar principalmente al feeling, poniendo a la música en el centro de la banda, y no al revés.
Me atrevería a decir que el nivel de composición del álbum es sólo equiparable al de su producción, puesto que la cantidad de efectos e instrumentos que se pueden apreciar es abrumadora, favorecido en gran parte por el hecho de que, hasta el momento, Turdetans se ha centrado en la composición musical y no en la actuación en vivo (dejando el COVID aparte).
Tanto en el propio setlist del disco, como en las Radio Versions destaca “I Will Be There”, con un arranque que hace saltar por los aires el guion, y un inquietante riff de guitarra que nos hará removernos en el sillón. Con momentos de mayor suavidad conforme se acerca a los estribillos, es una mezcla interesante de estilos y emociones.
Tras los mejores minutos instrumentales del álbum, con “Parasomnia” y “Rapid Eye Movement” brillando con luz propia, la dupla formada por “Friends I” y “Friends II” nos acerca al folk más tradicional revestido de hardrock, con ritmos de batería que palmean flamenco, guitarras asombrosas con solos que entrecruzan acompañamientos y viceversa, y unos teclados y flautas ambientales que bien pudieran llevarnos a Triana, con Jesús de la Rosa, Eduardo y Tele en un jamming improvisado, pero perfectamente orquestado.
“December 5th” y “Thousands of Angels” nos presentan el aspecto más vocal de todo el trabajo, con un sonido más intimista y un desarrollo de menor duración que enlaza con los sonidos más contudentes de “Born Again”, traídos a primer plano de manera natural, en un trayecto de doble sentido que permanentemente nos sigue arrastrando desde la oscuridad más inquietante de nuestras noches a la calma de nuestros sueños profundos o la esperanza del propio despertar, con “Wake Me Up” mostrando un fuerte componente acústico, de melodías más alegres y positivas, en el tema que quizá más se aleja del espectro progresivo para adentrarse en el Pop/Rock más clásico.
Por último, no me gustaría terminar este pequeño análisis sin mencionar el trabajo realizado por las voces, en un complicado examen del que creo salen aprobados con nota, tanto en voces solistas como en coros, asumiendo un rol que debe valorarse más allá del puro aspecto técnico y que se sumerge por momentos en la actuación, ejerciendo de trovadores del verso, ensalzando el mensaje, el contenido, creando una atmósfera tan etérea como irreal que resulta fundamental para adentrarnos en estos sueños que Turdetans han construido para nosotros. Dulces sueños.
Suite Of Dreams tracklist:
- Prologue (Lullaby)
- Insomnia
- Lucid Dream
- I Will Be There
- Parasomnia
- Rapid Eye Movement
- Friends I
- Friends II
- December 5Th
- Thousands Of Angels
- Born Again
- Wake Me Up
- I Will Be There (Radio Version)
- Thousands Of Angels (Radio Version)
- Wake Me Up (Radio Version)
Turdetans son:
- M. Pinto (lead vocals & chorus).
- Francisco Gongora (acoustic & electric guitars).
- L. Portillo (bass, chorus, drums & keyboards and lead vocal on Lullaby).
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Una review de Jesús León para SevillaMetal.