Una velada larga con susto final.

Un Jueves en la Custom suele ser sinónimo de gran evento para el aficionado al metal. En esta ocasión regresaban los maestros del Brutal Death Metal Técnico, los americanos Nile, en su enésima visita a nuestra ciudad y lo hicieron acompañados de varias bandas en un formato cercano a ser un mini festival, haciendo mas atractiva la velada. Empero, esa amplia y jugosa oferta no fue suficiente para atraer al público de Sevilla y alrededores (de hecho una gran parte de los asistentes vinieron de la provincia de Cádiz e incluso de la lejana Jaén). Nos encontramos, así, con entre 200-250 personas que fueron llenando un tercio corto de la sala de forma gradual.

La apertura temprana de puertas no ayudó, y durante la actuación de Monastery, el ambiente era sinceramente desolador. Más aun si te pones en la piel de una banda que con toda la ilusión del mundo se hace una respetable cantidad de kilómetros para agradarnos con su arte. Los húngaros no se desalentaron e intentaron agradar, desplegando sus armas con encomiable profesionalidad. Son una banda con amplio bagaje (se remontan a 1989). Con el estilo mas Old School de la tarde, sonaron de forma muy solvente pese a las limitaciones técnicas de una sonorización que no terminó de cuajar en todo el concierto.

Decir que las tres primeras bandas compartieron una batería Pearl con doble bombo de diámetro corto (18’’ creo) similar a la de Nile, supongo que por algún acuerdo de endorsement o deferencia de la productora (Madness Live).

Dichos bombos llevaban triggers para disparar samples, arma que no todas las bandas usaron, o al menos con distinto resultado. Róbert Kovács sonó bastante natural y contundente pese a todo.

Sus dos guitarras (los hermanos Tóth) tiraron de sonido Marshall (jcm2000 y jcm800), acorde al sonido clásico Death del grupo. El bajista Szabolcs Szanati  llevaba un multiescala pero se me hizo imposible distinguir la marca. La mezcla por PA no fue buena pese a que mejoró un poco al final. Fué una actuación de batería y voz, y Roland Kovács cumplió con creces. Me quedo con la duda de si Roland es hermano de Robert.

El sonido en general no fue destacable para ninguna banda y eso que el técnico de la sala Custom es muy resolutivo y profesional (hablo con conocimiento, he disfrutado de su trabajo con mi grupo no hace mucho). Quizá la ausencia de lleno en la sala fue un lastre. Nada achacable a la sala en si, que desde hace tiempo esta acondicionada de forma correcta (quedaron atrás los años de la Sala Q y su famoso eco) y cuenta con buen y moderno equipamiento ya sea de PA como se mesa.

Con un set list corto de una media hora (no dejaban de ser cuatro bandas), pasamos volando al siguiente grupo.

 

Los estonios Intrepid hacen un Death rápido que a ratos recordaba a Decapitated, con mucho aire Thrash que conservan de sus comienzos, allá por 2016. Cuentan con una formación de cinco componentes muy standard: vocalista (Raiko Rajalaane), dos guitarristas (Simo Atso y Aldo Jakovlev), bajista (Siim Sodla) y un batería (Madis Kaljurand) con una técnica de pies digamos… discutible. Hubo bastante debate entre el respetable sobre si los bombos los llevaba secuenciados (personalmente al estar algo lejos del escenario no puedo afirmarlo), pero sea como sea su técnica y limpieza dejaba un poco que desear y los patrones rápidos sonaban aturullados y eso que no me parecía un músico de formación corta. Ciertamente al principio el volumen de los samples de bombo estaban muy altos con respecto al resto de la batería y eso mejoró con el avance de los temas, pero dejó un regusto agridulce a la audiencia que fue un poco la comidilla general.

Volviendo a los guitarras, ambos tiraron de Peavey XXX, el modelo clásico, un familiar de los 5150 que son un standard de saturaciones extremas. Un detalle a agradecer fue que llevaran ajustes de ecualización dispares (incluso de canal, Aldo llevaba el canal red y Atso el orange), lo que permitió que cada uno ocupase un registro de frecuencias sin enmascarar al compañero, pero Atso llevaba mayor corte de medios y creo que debería haber sido al revés.

Atso de hecho no llevaba pedal de cambio de canal y máster, así que cambiaba al canal limpio manualmente (lo hacía rápido, no se notó), pero para los solos no subía volumen (yo tampoco lo hago en directo, soy el único guitarra del grupo, eso si), así que sus melodías se perdieron mucho en el barullo y es una lástima porque no es mal solista. 

Raiko la verdad es que me pareció muy destacable en cuanto a técnica gutural. También le acompaña la imagen, pero no me transmitía mucho como frontman con una actitud un poco “desganada” que no me cuadraba con lo agresivo de la propuesta. También es verdad que con dos baterías en el escenario no puede uno moverse libre. Pensemos que fue por eso.

Siguiendo con la dinámica acelerada pasamos rápidamente a los italianos Hideous Divinity, con un sonido y estilo que me recordaba a los primeros Aborted. Buena técnica, buena puesta en escena, buena imagen y voluntad de agradar. Formación de cuatro componentes muy compacta con un solvente Enrico Dilorenzo a la voz, Enrico Schettino a la guitarra, Stefano Franceschini (ex-Aborted, ahora se entiende todo) al bajo y un Edoardo Di Santo a la batería que creo desplegó muy buen nivel técnico.

Quizá su sonido fue empañado por el uso excesivo de secuencias de guitarra que ocultaba la labor de Schettino. Aparte tanto guitarra como bajo iban por línea y se notaba la falta de sonido analógico en el escenario. Se entiende que los técnicos de sonido agradecen lo digital, facilita mucho su labor, pero para el oyente avezado esa falta de medios y presencia es una tortura cuando se escucha metal en directo. No soy un enemigo de lo digital y no quiero remar contra corriente, de hecho en labores de grabación y producción es una maravilla trabajar con estos equipos y ahorras un tiempo precioso, pero creo que un concierto de rock o metal pide el empuje de las válvulas y no un sonido procesado, sobre todo cuando las condiciones no ayudan.

Sea como sea la banda lo dio todo, y creo que defendieron su propuesta con muchísima dignidad pese a que, por lo comentado, sonaron un poco descafeinados a las cuerdas. En lo personal decir que fueron la banda que interactuó mas con el público. Sangre latina...

Y, por fin, era la hora del ceremonial egipcio de Nile.

Tres veces, tres, me los he perdido por compromisos laborales y tenía ganas de revancha. Venían ademas con su reciente trabajo bajo el brazo, The Underworld Awaits us All (2024), que para muchos es un giro de timón estilístico para los chicos de Karl Sanders y me parece un trabajo muy destacable. No relajan el pié del acelerador pese a los años, no, incluso diría que lo aprietan mas que antes.

Con la ausencia de su tercer guitarrista, Brian Kingsland, contaron con el “jefe” Karl Sanders (y su ankh tamaño xxl), Zach Jeter  como principal guitarra solista (al menos para mi superior a Sanders), Dan Vadim Von al bajo y un George Kollias que es un animal a las baquetas. Todos excepto Kollias se reparten las voces, como es tradición. El virtuoso baterista es, pese a todo, humano y tiene lesiones que le lastran, así que resultó un set list escaso para lo que nos acostumbran (quiero pensar que fue por eso que acortaron su actuación). Una hora y poco de Nile puede (y debe) parecernos corto siempre.

Sanders llevó dos JCM 2000 (uno para saturación y otro para limpios), Jeter  se defendió con un Mesa Boogie Rectifier de tres canales y Dan con un equipo en rack.

Personalmente creo que tuvieron el mejor sonido de la gala, tampoco para tirar cohetes... pero muy aceptable. Las guitarras fueron las beneficiadas en comparación, los solos se medio escuchaban y también los arreglos de armonías (Nile sin eso no es Nile). Única banda que llevó técnico propio, supongo que llevar los seteos previos ayuda y mas para una sala tan grande y sin público. Lamentablemente Dan mueve los dedos como un condenado como siempre y no se distinguían apenas las líneas de su bajo.

Sin embargo y pese a ésto el sonido era abrumador, no podía ser de otra forma. Un muro apabullante, pesado, denso e intrincado. Nile en estado puro.

Escuchamos para mi gusto poco de su reciente trabajo: “To Strike With Secret Fang” y “Stelae of Vultures”. Cierto es que con su dilatada carrera uno espera escuchar sus clásicos, pero fue un set corto como comenté y el nuevo disco es remarcable y merece mas tiempo. Habría preferido menos bandas y mas Nile, la verdad. Dicho con todo el respeto a los teloneros. Una lástima.

 

Se marcaban su “Sarcophagus”, a la sazón su penúltimo tema y, de repente, hubo nervios y carreras entre el público. Sumidos en un estado de confusión creciente por no saber qué pasaba vimos que un chaval (mas tarde me comentaron que de Jerez) se había desplomado y golpeado la cabeza contra el hormigón del suelo. Olvidamos el concierto para centrarnos en el incidente. Personal de la sala dando carreras, llamadas al 061 y al 112… La tensión crecía porque el caído no respondía a estímulos. Enrico de Hideous Divinity, doctor en medicina, ayudó a atenderlo. Antes de terminar la canción lo sacaron en volandas entre varios por la puerta lateral a la espera de una ambulancia que se hacía de rogar. Nos comentaron el día siguiente que fue ingresado en UCI en estado grave, la caída le provocó rotura craneal por la que fue operado y la posterior inflamación es preocupante. Así mismo nos comentan que pudo ser un ictus. Tomamos esta información con las naturales reservas. En todo caso le deseamos pronta recuperación y muchísimo ánimo a la familia. 

Sanders decidió hacer un break por la situación, unos diez minutos de parón. Volvieron con “Black Seeds of Vengeance” y se acabó la cosa. Algunos, entre los que me cuento, quedaron esperando un bis que nunca llegó y que quedó confirmado con el apagado de los amplificadores.

 

Esperemos que la baja afluencia no termine en una dilación o, incluso, un no retorno a Sevilla en el futuro.

Pese a todo y el susto, guardaremos buen recuerdo.

Cronica: José Augusto Arincón
Fotos: Marta Grimaldi

 

 

Save
Cookies user preferences
We use cookies to ensure you to get the best experience on our website. If you decline the use of cookies, this website may not function as expected.
Accept all
Decline all
Read more
Unknown
Unknown
Accept
Decline