Donde cualquier otro habría sacado 2 discos completos y dignos de un TOP TEN, UDO nos regala un doble cd (lo normal son de 8 a 10 canciones por trabajo) en el que no hay “temas B” y donde cada pieza es memorable por sí misma.

Fieles a su estilo desde sus inicios a finales de los 80, el metal de UDO ha evolucionado sin perder un solo rasgo de su frescura original, sabiendo mantener el sonido clásico, sin dormirse en los laureles, y adaptándose al sonido actual, en una catarsis sonora que une ambas reinventando un sonido ya conocidos por todos capaz de asombrarnos y mantenernos embelesados durante toda la reproducción del disco, pista a pista.

Los 16 temas como ya dije, poseen una esencia propia, diferenciándose entre ellos de forma notable, pero manteniendo la integridad sonora del trabajo. Guitarras complejamente simples (no es necesario un millón de florituras para crear un sonido fuerte y trabajado), una voz cuidada (como siempre), melodías pegadizas y estribillo icónico tras otro; velocidad, armonía, baladas, himnos y energía, todos juntos crean una atmósfera de metal al alcance de todos, desde el iniciado al más veterano.

Temas como Fear Detector, que abre el disco, junto a “I see red”, ”like a beast” o  “metal damnation” (que cierra este trabajo) son la parte de energía pura hacen que “holy invaders”,”metal never dies”y “thunder road” sean el puente perfecto a la hermosa balada “Don`t wanna say goodbay” y de regreso otra vez a los ritmos inagotables que componen este disco.

En el apartado técnico, la voz del señor Udo Dirkschneider, permanece inalterable con el devenir de los años. Donde otros han perdido tonos, potencia o personalidad, el aleman demuestra que a sus casi 70 años, esta en una forma impecable. El tono rasgado/roto del que hace gala es natural y no denota esfuerzo o fatiga al cantar, llegando a los tnos altísimos a los que nos tiene acostumbrados con facilidad y nitidez.

Las guitarras son capaces de mantener un ritmo constante y medido fluyendo entre notas pausadas y fuertes a riffs veloces e inagotables, dotando al conjunto del disco de esa textura y esencia característica. El bajo es discretamente notable; un instrumento que pocas veces se hace notar, en este trabajo es el compañero insustituible de todo el trabajo musical, complementando los ritmos de batería y dotando de ese punto extra de musicalidad y empaque a las guitarras; y que decir de la contundencia y “pesadez” que hace del metal de UDO lo que es, 100%  “Heavy”. Golpes de timbal justos, energía en cada plato y un golpe de pedal potente, medido y capaz de ser veloz donde ha de serlo, lento en otro momento y siempre con un sentido del tiempo perfecto.

 El resumen es que UDO presenta en este Game Over un trabajo sólido, divertido, interesante a todos los niveles y generoso con el oyente. Y si, el juego ha terminado y la victoria es suya.

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