Con un estilo post-rock electrónico, la banda   publica su primer EP entre 2012 y 2014, dividido en tres partes. Pero no será hasta finales de 2017 con Nooirax Producciones, La Rubia Producciones, Noizeland Records y Sacramento Records nos traigan su primer album “The Wind Ashes”.

Abre el disco “The River”, un corte oscuro y con tintes psicodélicos a lo Nine Inch Nails. Tras la introducción suave iniciada por teclados y sintetizadores, guitarra y batería empiezan a incubar fuerza y crudeza para endurecer el tono.

“Never Come Back” nos adentra en un post-rock experimental con distorsiones industriales. Tanto los graves del bajo como las voces desgarradoras, nos sumergen en una batalla angustiosa. La oscuridad empieza a engullirlo todo de nuevo hasta la explosión final guiada por la feroz batería.

Con un tono más ochentero y toques a lo Depeche Mode arranca “Disappear”. Los sintetizadores se hacen dueños de la composición, con arranques psy que batería y guitarra persiguen durante el tema y donde las voces susurrantes se enredan a tus oídos para hundirte en un paraje atmosférico.

Mucha más psicodelia nos trae “Winds Of War” con unos punteos pegadizos y un estilo espacial difícilmente definible. A pesar de no ser completamente instrumental, está claro que está hecho para disfrutar la parte melódica.

 

“Waiting For The Moon” continúa la senda abierta por el tema anterior. Una larga intro instrumental  altamente disfrutable con voces más tranquilas y melancólicas. Los sintetizadores rompen esta paz, para hacernos saber que no todo va a ser tranquilo. Creo que es un buen disco para disfrutar con cascos, porque las voces se derriten directamente por tus oídos.

Ya se va acercando el final pero los teclados aún tienen mucho que decir en “The Choice”. Volvemos a los tonos industriales del comienzo, abandonando un poco las distorsiones enigmáticas que nos habían sumergido antes. La guitarra se encarga de poner orden reclutando la batería para su causa.

“Sky Of Blood” nos acerca de nuevo al submundo oscuro y decadente. La alternancia de tempo define a este corte en constante mutación.

El cierre del álbum corre a manos de “Ending The Tunnel”, como una alegoría del cierre del ciclo. Un toque muy avant-garde metal, y con una melodía (para mi gusto) muy pegadiza. Teclados sin tregua, voces ásperas y susurrantes nos dejan con ganas de más.

Mi valoración del disco es bastante positiva. En principio no sabía qué iba a encontrarme, pero he de confesar que cada vez estoy cogiendo más el rollo al post-rock, a la música experimental y a los toques cósmicos. De nuevo repito que para mí, este tipo de música me encanta oírla con profundidad, pudiendo notar en el oído todas las distorsiones, voces, juegos y técnicas. La longitud del álbum y de los temas también facilita su escucha, prácticamente te deja con ganas de más. Ya sabéis lo que dicen, menos es más.

Componentes:

Jose Almero (voces)

Daniel Martínez (bajo, sintetizadores y teclados)

Manu Jiménez (batería y programaciones)

Juanma Lavado (guitarra)

Redes sociales:

https://www.facebook.com/mordidaband/

https://mordida.bandcamp.com/

https://vimeo.com/mordida

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