El pasado sábado 17 de junio tuvimos una cita con Olivo en el Pub Metrópolis de Carmona.

La formación rompió el hielo con una muy personal versión de Rumor, de los archiconocidos Triana, calentando así los motores de los asistentes para continuar con Tu no estás, seguido de otra particular versión: Luz de Luna, una maravilla de tema al que han sabido aportar un carácter muy suyo.

Continuaron con Mi fin, tema en el que las voces de los presentes se unieron a la de Tonacho, coreando el estribillo, al igual que en Perdido en la ciudad y Viejo Molinero. Esta última es literatura andaluza pura y dura, un tema que cuenta mucho y llega a tocar la fibra y en directo mucho más.

El primer pase llegaba a su fin y decidieron cerrarlo con Condenas de mentira, un temazo propio que también fue coreado, seguido de nada más y nada menos que con Diez años  de Sôber, haciendo las delicias de muchos de los asistentes.

 

 

Tras unos minutos de descanso para que los presentes pudiéramos refrescarnos y beber algo, volvían a la carga con Madre, Tras de ti, Entre tus huellas y Mar de Cristal, hasta llegar el turno de Quizás,  que posiblemente fuera uno de mis temas favoritos del directo y uno de los que más disfruté. Seguido de  Que dicen y El guardián, que es pura poesía. Un poema de un padre a su hija, una promesa que, como mínimo, emociona. Y así me sentí al escucharla en directo, emocionada.

La disposición del espacio permitió tanto a José Antonio García al bajo como a Fer Fernández a la guitarra, bajar del escenario e interactuar con sus seguidores, creando así aún mejor ambiente y haciendo que los presentes se involucraran aún más, haciéndoles más participes del concierto y dejando patente la sensación de cercanía con los músicos.

 

 

Como broche final y ante la negativa de su público a que el concierto terminara, volvieron a tocar Viejo Molinero y si ya me pareció una maravilla la primera vez, esta segunda fue aún mejor, la gente respondió y se coreó con más fuerza que la vez anterior. Yo misma me dejé llevar alzando mi voz con esta letra que llega al corazón y evoca tantas imágenes y emociones.

Se nota la experiencia, todos ellos son músicos con años de directos a sus espaldas. Todos aportan un carácter y autenticidad que los hace especiales.

Debo decir que Olivo tiene un sonido muy suyo, muy original y personal. La voz de Tonacho es contundente y castiza, tiene garra, mucha fuerza. Es una voz que suena a “algo muy nuestro”, muy de aquí. Por su parte, Fer demuestra un manejo excelente de su instrumento, paseando sus manos sobre el mástil y jugando con sus seis cuerdas. Del mismo modo que los arreglos del bajo a manos de José Antonio se hacen notar y visten mucho y el trabajo rítmico de Rafa da consistencia y potencia al trabajo general.

 

Os animo a asomaros por su web e Instagram y por supuesto a acompañarlos en futuros conciertos.

 

Página web: http://olivorock.com

Instagram: https://www.instagram.com/olivo_rockband/

 

Texto: Laura Akasha.

 

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