El pasado viernes 12 de mayo, en la mítica Sala Custom de Sevilla, volvimos a reunirnos para disfrutar de una noche de música variada dentro del conjunto estilístico que es el Metal. Capitaneados por Delalma, la formación que reúne entre otros a Manuel Seoane y Ramon Lage, para presentar su disco debut.
Llegué 5 minutos antes de la apertura de puertas para poder ver con que salud empezaba la noche y desgraciadamente, era peor incluso de lo que esperaba. Quizás fuese la hora tan temprana a la que todo daba comienzo (las 20h en este verano adelantado que estamos sufriendo) o la desgana generalizada reunía a menos de 30 personas en las puertas de la sala y la sensación fue desesperanzadora. Después de darle el tiempo prudencial para que todo fuese a mas antes del inicio del show, me dirigí al interior de esta sala que tanto conozco y sin ser un gran aforo de publico presente, los primeros compases de Dryweed, ya reunían a una cantidad aceptable de persona en las primeras filas.
Los sevillanos con su puesta en escena minimalista nos recibían con una entrega encomiable ante lo vacía que se veía la sala (es un palo ver que hay tanto espacio vacío al subirse a un escenario, pero la sala es enorme y eso ayuda a que todo pareciese peor de lo que era) enseñándonos su sonido pesado y con un ritmo y el sabor típico del stoner más sureño. Canción tras canción y sin bajar un ápice el ritmo, el público va acudiendo al interior de la sala y por momentos puntuales, los esfuerzos y el talento de los chicos de Dryweed sobre el escenario se ven correspondidos por un público entregado al disfrute total de la música. La asombrosa sonorización y acústica de la sala, unida al saber hacer del os músicos, hacen que la experiencia sea divertida y agradable, pudiendo sentir cada nota y la intensidad de cada tema, aprovechando al máximo la calidad del sonido que se mantuvo firme durante toda la noche.
Desgraciadamente, en un desafortunado momento, un percance hizo que el bajista de Dryweed se quedara sin cuerda y al no tener un repuesto, su actuación terminÓ de forma un tanto abrupta, que pese a no dejar un mal sabor de boca real, fue un fin de show que no gustó a los músicos, que prometieron dar un aún mejor show la próxima vez y teniendo que dar por finalizado un show entretenido y de calidad.
Y llegó el turno de Silveranto sobre el escenario; en un cambio de equipos y preparación relámpago (pocas veces he visto un cambio tan rápido), la banda de Hard rock/metal de sobra conocida por los asistentes no tardaba ni dos acordes en ganarse al público con sus temas rápidos, divertidos y absolutamente bailables. Debido a que su actuación llego a una hora más propicia y a que siempre reúnen a un público fiel, la afluencia de público ya era más nutrida y la energía del ambiente subió de nivel, con los “primeros pelos al viento”. Como siempre me di un paseo por la sala (la barra esta cerca y una cerveza siempre viene bien) y pude ver que aun estando muchos sentados en los bancos lateras que ofrece la sala, las 5 primeras filas eran nutridas y todo el mundo seguía con ganas los compases del buen rollo musical que destilan siempre los temas de Silveranto. Durante los incisos entre canciones, el frontman y showman; Kubero, mantenía un dialogo con el público que lograba que el ánimo no bajara de intensidad ni un momento, preparando a los asistentes para el continuo disfrute de su música y saber estar. Eligiendo de su amplio repertorio un set list lleno de fuerza con sus dos versiones de rigor (ozzy y judas son eternos y les van como anillo al dedo a su estilo) el público se entregó de manera incondicional al completo del show, devolviendo la energía positiva que ellos nos entregaban a través de sus canciones.
Entonces, tras unos instantes de respiro, aprovechados para recargar bebidas en la barra, ir a comer algo rápido o simplemente reposar las piernas; Llego el turno del plato principal Delma. Para cuando apareció el primer miembro del grupo, la sala si que tenía ya un aforo más que respetable y se podía notar que la fuerza que siempre han tenido estos músicos en sus respectivas bandas, se mantenía intacta ahora que se han reunido en una nueva formación.
Con su impecable trabajo bajo el brazo, el público ardía en deseos de oír otra vez a Ramon Lage cantar en directo y poder disfrutar en persona del disco que presentaban. Una marea de voces a coro secundaba cada estrofa y cada estribillo, con los brazos en alto, arremolinándose en las primeras filas para disfrutar al máximo de la experiencia. Veteranos como yo, gente joven y lo mejor de todo, padres con sus hijos (las nuevas generaciones del metal) se movían al compás, rendidos ante la calidad bestial que atesoran estos músicos, pero no solo por su música, la presencia y la humanidad que destilaron en el escenario se ganaba a los presentes a cada segundo.
Vítores, aplausos sinceros y duraderos en cada final, y destacando sobre todo el ánimo que se le ofrecía a Lage en su regreso fue una parte importante de la noche, casi al mismo nivel que la música.
Tema tras tema, canción tras cancion el tiempo pasaba como un suspiro y llego lo que para mi fue la 1ºsorpresa de la noche; una versión de una versión (suena raro pero es así) Wicked Game de Chris Issac, versionados por HIM al estilo de Delalma, un momento que disfruté enormemente pues si ya es difícil hacer una versión de la original, no caer en la pérdida de identidad con la interpretación de HIM y darle tu propio sonido fue un reto ampliamente superado. Volviendo a lo que es su disco, el público seguía coreando sin parar los temas, de tal forma que de haber querido, podrían no haber cantado ni una estrofa pero Lage demostró que 10 años no son nada y que su potente y carismática voz, no solo no ha perdido nada, sino que ha ganado en personalidad, técnica y potencia.
Y poco a poco, con detalles que demuestran que Delalma no es un grupo de endiosados y que son humanos (un lapsus a la hora de seguir el set list, un recuerdo emocionado a un ser querido, que fue tónica en toda la noche pues Silveranto también lo vivió y el agradecimiento a los presentes por la asistencia y apoyo) la noche terminaba en una ovación cerrada y a unas horas sorprendentes, pues nos dieron la 1 am sin darnos cuenta.
El público esperó para poder hablar con los músicos y hacerse fotos como mandaba la ocasión y la noche musical se daba por terminada, con una sensación general estupenda, pues aunque prometía poco debido al público ausente, la ciudad respondió a última hora y todos los grupos dieron una muestra de lo que es ser profesional y saber dar un show.