Una noche más, parecía algo normal, pero la verdad es que no lo era. Se acabaron los artificios, las promos presuntuosas y las ganas de ver a los Rolling, o los Red Hot o los Guns por una pequeña fortuna...
Se acabaron los grandes nombres, asistir arregladito a corear esas canciones que todos se saben, la perfilada sombra de un futuro prometedor para la escena. Se acabó. De nuevo a esas puertas algo ralas de personal hasta entrada la noche, la tarde, lo que sea. El instinto primario de llegar tarde a todos lados, porque te enredaste con una birra más... Y como ya sabés que todo empieza tarde, pues yo voy tarde también y luego me da un montón de pena que se termine todo tan pronto... En fin, los que me conocen saben que escribo porque, para mí, es como respirar; y que aquello que escribo suele estar lleno de vehemencia y enfado, cabreo y una repulsa total por los cánones de la Prensa especializada... Igual que las 3 bandas que se presentaron el 19 de marzo en la Sala Even, ante un puñado de personas que fue creciendo a medida que la noche avanzaba.
Abrieron los muchachos de RuidoBruto, convocados a última hora porque los muchachos de JODT tuvieron que bajarse por razones de fuerza mayor, un trío punkarra, con mala leche y una bajada de línea que te hace hervir la sangre. Siempre hago referencia a la forma en la que España, como entidad cultural independiente de naciones o lenguas, ha sabido hacer propio un estilo global: pues esta gente son otra muestra de esta idea. Una sonido limpio, claro, que demuestra una profesionalidad intrínseca para que puedas entender el mensaje, amargarte y saltar o escupir esa rabia que tuviste que tragar a lo largo de la semana. Voces podridas, alertas y de arenga, mezcladas con unos riff´s de guitarra que no cesan y dan una armonía de esa movida de los 90´s que termino comercializando buena parte de ese Punk que quería no morir. Bien acompasados, con esa presencia sobre escena que me recordaron esas madrugadas en los antros de Buenos Aires, en las casas tomadas, donde el sonido era tan importante como el respeto por el público. Impresionantes, pero sobre todo por lo bien armado que iba el set y lo concreto de sus patadas a la gente. Ruido Bruto, sí: pero bien delineado.
Llegó el turno de Loncha Velasco, con ese desparpajo y toque festivo que te obliga a integrarte a su propuesta. Rap, Funk, ironía y magia. Una noche perfecta. Son anfetamínicos, alegres y unos cabrones de cuidado, un show de principio a fin, con una decena de recursos artísticos y visuales que, también, te llevan a diferentes momentos referenciales que los hace ser una carga furiosa de mensajes bien plantados y contundentes, con letras que te tocan muy de cerca pero sin postureos de Tele5. Sí, estamos en guerra, pero los mensajes acerca de los niños sirios pasaron de moda y los olvidaos, ¿verdad? Claro, esos son marrones y de religión confusa.
Pues Loncha Velasco te los trae al frente, y te hace sentir diferente, o igual que los que están a tu lado, agradeciendo que por fin alguien se de cuenta de que todo sigue estando mal, y que las listas de noticias no se han actualizado últimamente. Versiones aparte de un concierto con actuaciones incluidas, el DJ vestido de abuela, correteando a los músicos que no dejan de ser bailarnes hiperkinéticos, versión de Puto, de Molotov, políticamente poco correcta, "Amo al matón, matarile a los de VOX, y que quiere ese hocicón, quiere llorar..." El ilusionista y malabarista Iago, una punketa increíbe que despliega un show de ilusionismo como una suerte de clochard ilusionista, y un plato de lujo con la subida de Zeki, de Caos Day, para versionar Vizco, de Narco... y el resto es pura adrenalina y diversión. ¿Buscás Rap, cabreo y espectáculo? Loncha Velasco es lo que no puede faltar en tu lista de reproducción.
Cierre al fin, apretado un poco por la hora, con CAOS DAY y un impresionante despliegue de fortaleza con SU sonido. Indómitos, oscuros y portadores del apocalipsis, abrieron con Colapso, pequeña joya de una narrativa tan real como certera. La combinación de su artística te hace tambalear dentro de tu propia realidad. No me sé muchas palabras para poder, apenas, acercarte la potencia de una banda que funciona como un bombardero, hacen referencias que no omiten la crueldad a la que estamos sometidos cada día por parte de nuestro entorno, y así como la paz es un anhelo, que parece ser cada vez más intangible, es imprescindible que saquemos los dientes para no tolerar más lo que nos han querido normalizar. Canción tras canción, es impresionante cómo se va metiendo en tus huesos, haciendo casi un exorcismo de mala leche para que te vayan ralentizando la percepción, y luego, cuando estás a su merced por esa aplanadora de sonido, te tocan la llaga moral y te dejan renovado.
Las versiones que tiran de Korn, Limp Bizkit o Cypress Hill son una carta de presentación fatídica y brutal. Y, para mí, la tan esperada Ellos Son es una guinda que desgarra cada leve mota de odio que fuimos reservando por la indignación de un acto tan cobarde como castigable. Sin un solo insulto, Caos Day le lava la cara a todo ese maquillaje de falsedades y arquetipos que debemos eliminar de nuestra sociedad. Son impiadosos, tanto en su sonido, repito, como en un mensaje que nos obliga a vernos al espejo y ver que sí queda algo más que carteles de conciertos más cercanos al Corte Inglés que a esas calles bombardeadas, a esas continuas imprecaciones hacia los géneros o las elecciones de vida. A esas llagas de estiércol que va soltando la Montada entre luces azules y sonrisas de un poder mal asignado.
Sí, en la sala Even hubo un concierto impresionante a nivel técnico, con bandas que entregaron espectáculo, risas y rabia; remarcando que muchas veces nos olvidamos que el Metal, el Rock, o incluso el Indie, es una herramienta para nuestros recursos cada vez más escasos, tanto en la billetera, como en nuestra sanidad Mental. Ruido Bruto, Loncha Velas y Caos Day, dieron una clase práctica de resistencia ContraKultural. Pero, claro, de eso vas a leer en muy pocos Medios... Porque Ellos Son.