Fantástica noche de heavy y power metal nórdico la vivida ayer en la sevillana sala Custom, con la presencia de dos bandas finlandesas, Battle Beast y Arion, presente y futuro, que dejaron muy buen sabor de boca con su entrega y profesionalidad, y esa mezcla de metal contundente y estribillos hiper-melódicos, que consiguió meterse en el bolsillo al público allí presente casi desde  el primer minuto.

Lo poco que tardó  el respetable  en entregarse en cuerpo y alma, fue el tiempo necesario para que unos jovencísimos Arion desplegasen los primeros acordes de “No One Stands In My Way", precedido de la bestial pieza instrumental “The End Of The Fall" con la que abrieron el directo, al igual que ocurre en su segundo y último álbum “Life Is Not Beautiful”.

Los teclados fueron protagonistas desde el principio, y para el que tuviese dudas sobre el carácter de este grupo, el contraste con la agresividad de sus temas quedó patente desde los primeros golpes de batería y las demostraciones de virtuosismo a la guitarra por parte de Iivo Kapainen.

“I Am The Storm” de su primer trabajo “Last Of Us”, nos mostró de nuevo las buenas maneras de la banda, con un maravilloso tapping muy melódico a la guitarra.

Sobre las tablas, el cantante, Lassi Vääränen, condujo sin problemas al resto de la banda, solicitando la colaboración del público cuando hizo falta, y ayudado a los coros por algunos de sus compañeros. Además, hizo una confesión en voz alta: para ellos esta gira junto a Battle Beast es lo mejor que ha ocurrido en sus vidas, y a tenor de lo que vimos, sin duda lo van a aprovechar.

“Punish You”, con una batería atronadora y un ritmo acelerado, sirvió para reforzar la unión con el público, brazos en alto siguiendo cada estribillo.

“Seven” recuperó el protagonismo de las teclas, con un arranque magistral, en una canción con aires de balada acelerada y puentes agresivos, ideales para agitar las no pocas melenas allí presentes.

Aprovechando una pausa entre temas, Vääränen no dudó en elogiar a Battle Beast, a la que calificó como la mejor banda de heavy metal del mundo. Casi nada.

El sonido resulto bastante limpio en todo momento, pudiendo comprobarlo personalmente desde ambos laterales de la sala, con un equilibrio notable entre instrumentos, sin estridencias ni saturaciones.

Los últimos tres temas, “The Last Sacrifice”, la preciosa balada “You´re My Melody” y la más famosa “Until The Break Of Dawn”, con la colaboración pregrabada de Elize Red (Amaranthe), sirvieron para poner broche final a una actuación sobresaliente.

Es destacable la madurez y tablas demostradas por este joven grupo sobre el escenario, un perfecto equilibrio entre seriedad, entrega, expresividad y cercanía, que junto con unos temas llenos de fuerza y carácter, seguro que les permite prolongar el sueño que están viviendo. Ese que muchos desean, y que pocos tienen la oportunidad de ver cumplido.

Tras el obligado descanso para reacondicionar el escenario, llegó el momento esperado de la noche, cuando entre sombras, poco a poco, fueron apareciendo los componentes de Battle Beast.

Eran las 21:30 y había mucha expectación en la pista, que pronto se transformó en locura con los primeros compases de “Unbroken”, primer tema de su último disco “No More Hollywood Endings”, y con la vocalista, Noora, gobernando el espectáculo desde el primer momento, pidiendo al público que levantase las manos acompañando la música y haciendo coros con ella.

“Familiar Hell” y “Straight To The Heart” supusieron la primera visita al anterior álbum, “Bringer Of Pain”, y dieron continuidad al trepidante inicio, mostrando muchas de las cualidades de esta formación, en la que de nuevo, las teclas tienen un protagonismo continuo, siendo en muchos casos la base sobre la que las guitarras construyen un acompañamiento más tradicional y sencillo por momentos, cruzando fraseos y adornos por partes iguales entre ambos instrumentos. Calidad no falta en ninguno de los componentes.

“Unfairy Tales” bajó un poco las pulsaciones, en un tema de ritmo más cadencioso y calmado, pero con otro de esos estribillos que parecen haber estado siempre en tu vida, aunque sea la primera vez que los escuchas.

La voz de Noora lo hace todo más fácil, independientemente del estilo de la canción, sea balada o puro heavy metal. El sonido de la banda descansa en gran medida sobre su estilo vocal, y a ello se suma la imponente presencia de la frontwoman en todo momento, con un par de cuernos sobre la cabeza a modo de bestia, y sabiendo atraer la atención del público con sus gestos, su impresionante voz y una demoledora actitud para conseguir la complicidad de la gente que se congrega a sus pies.

“Black Ninja” fue un doble salto temporal hacia el pasado, sacando una de las voces más agresivas de la noche, en una canción que fue abiertamente coreada por toda la sala, en uno de esos momentos esperados por todos los fans. Espectacular el solo de guitarra en el centro del escenario, y un final apoteósico con todo el mundo coreando entre “oe, oe, oe”.

Los hermanos Björkroth, guitarra y teclista, regalaron entonces un descanso a sus compañeros, y un precioso momento instrumental, ideal para alejarse un poco y recargar las cervezas. Ya sabemos que no todo es música.

A la vuelta, esperaba “Endless Summer”, una balada con sonido a los años ochenta, y todo un vozarrón repleto de sentimiento y melodía.

El concierto había claramente bajado de ritmo, y “I Wish” lo confirmó con otro tempo lento, en unas estrofas muy emotivas a solas con el piano, y otra voz cargada nuevamente de emoción en cada frase, y repleta de feeling en cada gesto de brazos y manos de Noora.

Al igual que en el disco, le siguió “Raise Your Fists”, que trajo ese sonido de aires épicos que tanto dominan por el norte, en una canción que se toma su tiempo en arrancar, pero que a los dos minutos devolvió al público las ganas de saltar y agitar las cabezas, con una batería más protagonista de lo habitual, su doble bombo retumbando sobre el resto de elementos, y un puente central instrumental de tono más heavy, con voces en off, y un virtuoso solo de guitarra, en el que la vocalista cedió gustosa el testigo al resto de la banda.

“The Golden Horde” fue la tercera canción que interpretaron en el mismo orden del ábum, y ahora sí, el concierto recuperó el ritmo frenético que tuvo en un principio, con puños en alto, coros por parte de toda la gente, y las omnipresentes columnas de humo disparándose entre los integrantes de la banda.

Tras ello, el bajista, Eero Sipilä, quiso dar las gracias a todos los asistentes, y recibió abucheos a modo de broma cuando habló del entusiamo que había mostrado el público de Madrid el día anterior.

Después de cierto momento de guasa y complicidad entre la banda y el público, éste respondió con el consabido “esto es Sevilla y aquí hay que mamar”, que provocó ciertas miradas de extrañeza entre los miembros de Battle Beast.

Aparcadas las risas, la eléctrica “Out of Control” volvió de nuevo la vista hacía trabajos anteriores junto a “Touch In The Night”, con un tono mucho más dócil, rayando el pop rock más suave, pero con pinceladas del estilo que los caracteriza.

“Bastard Son Of Odin” supuso uno de los momentos más animados del concierto, con su intro acelerada y una melodía muy reconocible al teclado, junto a un estribilo perfecto para  saltar y dejarse llevar. Nuevos “oe, oe, oe” al terminar, y Noora tenía todavía energía suficiente para seguir animando a la gente, sin parar de moverse.

El concierto se aproximaba a su fin, y “The Hero” y “Eden” fueron un puente perfecto para coger fuerzas antes del cierre final con  “No More Hollywood Endings”, la ansiada y coreada “King For A Day”, todo un temazo inapelable, y el pegadizo y optimista “Beyond The Burning Skies”, con el que pusieron punto y final a una actuación sobresaliente de algo más de 90 minutos, dejando al público realmente agotado, y con una sonrisa de oreja a oreja.

Tras el concierto hubo un breve intercambio de saludos y algunas fotos con los miembros de Arion, muy agradables y dispuestos a conocer la opinión de la gente en primera persona.

La noche fue francamente divertida, con dos grandes bandas muy conectadas con el público, con una música directa que transmite muy buenas sensaciones basadas en melodías muy marcadas y unos músicos de nivel altísimo a pesar de su juventud en algunos casos.

Seguro que tenemos la suerte de poder disfrutar de ellos muchos años. ¡Y lo estamos deseando!

 

Una crónica de Jesús León para SevillaMetal.

Fotografia por Daniel Serrano (Daniby).

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