El próximo 21 y 22 de junio El Toboso volverá a llenarse de música en la novena edición del genuino festival manchego ZEPOROCK
La organización lanza el VIDEO RESUMEN #ZepoRock2023, en el que se puede ver a la comunidad zeporra disfrutando del nuevo recinto del festival.
El #ZepoRock2024, ya asentado en su nuevo y mejorado recinto, afronta con ilusiones renovadas una nueva edición, con zona de acampada bajo los pinos del nuevo emplazamiento del festival en el Complejo Deportivo Municipal Lozano Montoya, varios escenarios y piscina.
ZEPOROCK.- 3 de enero, 2024.- Tras cerrar la pasada edición afrontando el reto de un cambio de emplazamiento, desarrollando nuevas infraestructuras para mejorar la experiencia de la comunidad zeporra, sin perder de vista las raíces y filosofía de un festival con denominación de origen la mancha, la música y el zeporrismo regresarán a El Toboso el 21 y 22 de junio. En su ya novena edición, esta iniciativa empeñada en democratizar la música y la cultura llevándola al entorno rural de la Mancha, seguirá poniendo el foco sobre la más efervescente escena emergente, ya no solo manchega, si no también de todo el ámbito nacional. “Seguimos afinando el radar cada año en busca de propuestas motivantes y eclécticas, nos gusta que los carteles sean un collage musical, para que pases un fin de semana disfrutando de estilos diversos pero siempre intensos, nueve ediciones ya… flipas”- afirman desde la Asociación Zeporock - “Nos encanta juntar a bandas de diferentes estilos y procedencias, cada una con su mochila llena de influencias, pero bandas de las que salen a comerse el escenario, desde la mancha al mundo, tal vez sea el momento de traernos algún guiri a rondar a Dulcinea… ahí lo dejo” - apuntilla otro de sus miembros.
CAMBIO DE RECINTO “El año pasado tuvimos que replantear en un nuevo espacio todo lo aprendido en el camino, con la única intención de ofrecer nuevas y mejoradas instalaciones, le dimos mil vueltas a la zona de acampada para que fuera cómoda y la gente estuviera a gusto, que tuvieran buenos servicios y duchas fue todo un reto, y por lo que nos llega y lo que no nos llega creo que funcionó, aun así, ya estamos pensando en mejoras claro…”
“Afrontar todo eso era importante, pero más aún era no perder el distintivo de festival accesible y amable con todos los públicos, este año podremos darle una vuelta de tuerca más para sentirnos todos como en casa”.
Las amplias zonas verdes y la piscina del complejo deportivo municipal Lozano Montoya del Toboso fueron testigos de la pasada edición, y parece que se ha convertido en uno de los cabezas de cartel del festival tras el éxito cosechado el año pasado. “Era el momento de crecer y mejorar las instalaciones, y la verdad que una vez ubicados, pese a todas las incertidumbres que genera un cambio, fue un gran paso adelante para el festival”. “Queríamos conservar la cercanía con el público, poder ver un concierto descalzo sobre el césped, contar con dos escenarios sombreados con un sonido nítido y potente, espacios amplios para la logística interna, desarrollar camerinos, dotar de servicios rápidos y sin aglomeraciones a los 1.500 asistentes, todo ello, sin perder el espíritu de un festival pequeño hecho con mimo y con un trabajo cooperativo entre tramoyas como motor, durante el festival solo ves las posibles mejoras, pero cuando pasa el tiempo y asimilas la experiencia, te van llegando críticas constructivas y lo hablamos entre nosotros, nos queda una sensación de prueba superada”. “Ahora toca mejorarla ya sabes…”.
MISMO ESPÍRITU. El festival vuelve a salpicar todo un fin de semana de música, vino y productos de la tierra, conciertos al aire libre, clases de baile, Djs, talleres infantiles, pasacalles musicales, visitas a bodegas, diversión para todas las edades y la ya mítica piscina. “Un fin de semana maridando la música en directo, el vino, las buenas viandas, piscina, bailes y la belleza cervantina de el Toboso… y sobre todo el buen rollo de todos los que allí os dais cita”. “Es que ves el buen rollo que destila la gente y se te quitan todos los males y estreses de la producción”. “Algún año conseguiremos poder disfrutarlo más a pie de concierto, pero todo merece la pena cuando ves a tanta gente disfrutando en comunidad” señalan desde la Asociación Zeporock.